“Siempre es más tarde de lo que uno imaginaba. Ha pasado tan deprisa septiembre, con todos los agobios de la vuelta al trabajo. Al ver caer las primeras lluvias, nos decíamos: “Ya está aquí el otoño”; aceptábamos que todo no fuera ya más que un paréntesis antes del invierno. Pero en nuestro fuero interno, sin acabar de reconocerlo, nos esperábamos algo. Octubre. Las auténticas noches de helada, de día el cielo azul sobre las primeras hojas amarillas. Octubre, ese vino tibio, esa suave molicie de la luz, cuando el sol sólo es agradable a las cuatro; la tarde, en la que todo cobra la suavidad oblonga de las peras que han caído de la espaldera.
Entonces hace falta un jersey nuevo. Vestir los colores de las castañas, los sotobosques, el rojo rosado de las rúsulas. Reflejar la estación en la suavidad de la lana. Pero un jersey nuevo: elegir el fuego nuevo que va a empezar a apagarse. ¿Con tonos verdes? Un verde de Irlanda, color guisante, brumoso, whisky rugoso, salvaje y solitario como los campos de turba, la hierba rala. Pero ¿y rojizo? Hay tantos tonos rojizos, cabelleras ofelianas, deseo de merendar como antaño, pan con mantequilla, pan de especias, bosques sobre todo, rojo de la tierra, rojo del cielo, inaprensibles olores de ferias y arboledas, de boletos y de agua. ¿Y por qué no color seda cruda? Un jersey de trama gruesa, a rombos, como si alguien tuviera aún tiempo de hacer punto para uno.
Un jersey muy grande: el cuerpo desaparecerá, seremos la estación. Un jersey holgado de hombros, de momento... Incluso es bueno para uno mismo ese modo de representar el final de las cosas con el tono de la estación. Elegir el sosiego de las melancolías. Comprar el color de los días, un jersey nuevo de otoño.”
Podéis leer más relatos como éste (El jersey de otoño) en El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida - Philippe Delerm - Tusquets Editores - Los 5 Sentidos (Título original: La première gorgée de bière et autres plaisirs minuscules)

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