jueves, 24 de septiembre de 2009

El otoño



“Siempre es más tarde de lo que uno imaginaba. Ha pasado tan deprisa septiembre, con todos los agobios de la vuelta al trabajo. Al ver caer las primeras lluvias, nos decíamos: “Ya está aquí el otoño”; aceptábamos que todo no fuera ya más que un paréntesis antes del invierno. Pero en nuestro fuero interno, sin acabar de reconocerlo, nos esperábamos algo. Octubre. Las auténticas noches de helada, de día el cielo azul sobre las primeras hojas amarillas. Octubre, ese vino tibio, esa suave molicie de la luz, cuando el sol sólo es agradable a las cuatro; la tarde, en la que todo cobra la suavidad oblonga de las peras que han caído de la espaldera.

Entonces hace falta un jersey nuevo. Vestir los colores de las castañas, los sotobosques, el rojo rosado de las rúsulas. Reflejar la estación en la suavidad de la lana. Pero un jersey nuevo: elegir el fuego nuevo que va a empezar a apagarse. ¿Con tonos verdes? Un verde de Irlanda, color guisante, brumoso, whisky rugoso, salvaje y solitario como los campos de turba, la hierba rala. Pero ¿y rojizo? Hay tantos tonos rojizos, cabelleras ofelianas, deseo de merendar como antaño, pan con mantequilla, pan de especias, bosques sobre todo, rojo de la tierra, rojo del cielo, inaprensibles olores de ferias y arboledas, de boletos y de agua. ¿Y por qué no color seda cruda? Un jersey de trama gruesa, a rombos, como si alguien tuviera aún tiempo de hacer punto para uno.

Un jersey muy grande: el cuerpo desaparecerá, seremos la estación. Un jersey holgado de hombros, de momento... Incluso es bueno para uno mismo ese modo de representar el final de las cosas con el tono de la estación. Elegir el sosiego de las melancolías. Comprar el color de los días, un jersey nuevo de otoño.”

Podéis leer más relatos como éste (El jersey de otoño) en El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida - Philippe Delerm - Tusquets Editores - Los 5 Sentidos (Título original: La première gorgée de bière et autres plaisirs minuscules)

Botones negros, blancos, plateados

Pendientes de botones y abalorios 9'90 €

Botones rosas, violetas, fucsias

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Botones azules

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Botones verdes

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Botones rojos

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Botones amarillos, naranjas, dorados

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martes, 8 de septiembre de 2009



Arriba: Botón rojo forrado, botón rojo de resina y abalorio negro 9'90 €
Abajo: Botón blanco forma de flor y abalorio negro de madera 9'90 €



Arriba: botón tallado plateado y abalorio negro 9'90 €
Abajo: botón de nácar negro, abalorio rojo y perlas 9'90 €

lunes, 7 de septiembre de 2009

Botones

Redondos, negros, modernos, de dos agujeros, de cristal, recargados, de nácar, de resina, con cuello, de latón, cuadrados, de hueso, tallados, con formas, de colores, de coco, de azabache, sencillos, grandes, pintados, de perla, de plástico, esmaltados, de metal, de madreperla, forrados, de porcelana, estarcidos, labrados, de filigrana, antiguos, de pedrería, de baquelita, de fantasía, pequeños, de cuatro agujeros...

Negros - el azabache, el carbón, la noche


Nuevamente fueron los egipcios quienes inventaron la tinta 3000 años antes de la versión china. Se trata de una dilución muy opaca de negro de humo disuelto en agua para escribir sobre papiros.

No obstante, ninguna materia colorante da un negro perfecto. Durante milenios los negros han sido azulados o rojizos, excepto el negro fabricado por la mezcla de agalla y vitriolo verde (sulfato ferroso). Resulta económico, pero el tiempo lo deteriora y libera ácidos que destruyen el soporte.

En el S. XVIII aparecen tintes a base de índigo y madera de campeche y zumaque. En el XIX aparecen los negros de Elbeuf, Sedan o Montauban que llegan justo a tiempo dada la profusión de trajes de este color.

El negro es un color que ha fascinado a numerosos artistas, entre ellos Van Gogh, que investigó materiales que le permitieran obtener negros profundos.
En una de sus cartas a su hermano Théo escribía: “...Esa tiza (la tiza de montaña) tiene alma y vida, en cambio el Conté me parece lúgubre. Dos violines pueden tener más o menos el mismo aspecto, pero cuando se tocan, uno produce un bello sonido, mientras que el otro no da nada.
La tiza de montaña encierra muchos sonidos y resonancias. Me atrevería a decir que la tiza de montaña comprende lo que uno quiere hacer, escucha con inteligencia y obedece, mientras que el Conté es apático y nunca pone de su parte. La tiza de montaña tiene verdadera alma de gitana: envíame algo de esta maravilla si no es mucho pedirte.”

Violetas - las moras, la lavanda, los ojos de Elisabeth Taylor


Los púrpuras siempre se han asociado al poder supremo por su coste extravagante y por su belleza.

El púrpura, calificado de antiguo o imperial, es uno de los colorantes más célebres de los que se han utilizado en tintura. Tanto es así que los emperadores romanos se reservaron el derecho exclusivo de llevar vestiduras teñidas en este color.

Los romanos lo obtenían de un molusco muy abundante en el Mediterráneo llamado múrice, que permitía obtener diferentes tonos según la especie del molusco. Con la caída del Imperio Romano, estos conocimientos caen en el olvido. Dada la enorme cantidad necesaria de moluscos para elaborar los tintes, también se utilizarán moras, malvas, arándanos y otras plantas terrestres y marinas para obtener tintes de inferior calidad.

El primer colorante artificial lo descubrió el alquimista Cassius en 1688 generado con oro, estaño y plomo, denominado púrpura de Cassius. En 1857 Perkin, funda cerca de Londres la primera fábrica del mundo en producir un colorante sintético con el nombre de malveína y en 1859, en Lyon, Verguin obtiene la fucsina, que conocerá un considerable y sostenido éxito pese a su elevado precio de lanzamiento.

Azules - el cielo, el mar, el agua


Los egipcios fueron los inventores del primer colorante azul artificial, el azul egipcio, denominado también lapislázuli o azul de Alejandría. En la Edad Media el color azul será el predominante, en detrimento del rojo.

Para teñir tejidos se utiliza sobre todo el índigo, extraido de una planta llamada añil, cuyo compuesto incoloro se oxida en contacto con el aire y hace que la tela se ponga azul en poco minutos. También se utiliza el glasto, otra planta tintórea importante pero que empobrece enormemente los suelos en los que se cultiva. Pero el material más utilizado es el valioso polvo de lapislázuli mezclado con yeso, aceite, resina y cera.

En 1710, Diesbach y Dieppel descubren accidentalmente en Berlín un azul oscuro con una gran fuerza colorante: el azul de Prusia. En la segunda mitad del XIX el químico alemán Guimet inventa el azul ultramar artificial, muy exitoso como blanqueador en la industria papelera.

Pero a pesar de estos descubrimientos, se sigue utilizando mayoritariamente el índigo o azul de India, cuyo mercado llegó a ser tan relevante que originó incluso la “guerra del índigo” (1860-1867) entre bengalíes e ingleses e hizo que se arruinaran regiones enteras.

Actualmente el azul se fabrica con ftalocianinas de cobre y permite satisfacer una demanda tan amplia como la de los blue-jeans, nombre procedente de “Bleu de Gênes”, azul de Génova.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Rojos - las amapolas, el fuego, tus labios


Los rojos, al igual que los ocres, han estado siempre presentes en la naturaleza en forma de óxido de hierro.

En el 3000 a.C. los egipcios utilizaban sulfuro de arsénico para obtenerlo. Los romanos empiezan a usar el rojo cinabrio de Almadén, un bermellón cuyo elevado coste lo convierte incluso en signo de ostentación.
También utilizan la rubia, una planta de cuyas raíces se obtiene un rojo vivo para teñir tejidos.

La gama de colores se amplía considerablemente entre los siglos IX y XV. Rojo escarlata o de gules, laca roja de palo de brasil y con el descubrimiento de América, empleo de la cochinilla, un insecto parásito que da una fabulosa gama de rojos escarlatas y carmesíes. Es tal la importancia de este color que en 1467, el papa Pablo II decide que éste sea el color de las vestimentas de los cardenales.

Ya en el XIX se dejan de utilizar la rubia y la cochinilla, lo que arruinará cultivos y negocios. En 1878 Roussin, farmacéutico francés, obtendrá un colorante rojo azoico pero no lo patenta. Lo que origina que Hofman publique su propio modo de fabricación y que las fábricas alemanas lancen al mercados rojos amapola y escarlata.