Los días de frío, cuando quisieras estar incomunicada en tu habitación para no ir a trabajar, tu bufanda te acompañará amorosamente hasta la parada del autobús.
Y entonces recordarás los abrazos de mamá antes de ir a la escuela o los de un buen amante tras una noche de placer. Te envolverá en tu propio aroma y podrás bostezar como un león sin que nadie te juzgue.
Tu bufanda de lana, suave, te recordará que incluso en los días grises hay pequeños placeres.















